CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El camino de la formación sacerdotal se asemeja a una procesión eucarística, marcada por un espíritu de cercanía y devoción, dijo el Papa Francisco.
Dirigiéndose a los seminaristas de la provincia de Toledo, España, el Papa destacó cuatro tipos de cercanía que los seminaristas deben poner en práctica en su camino hacia el sacerdocio: cercanía con Dios, con los obispos, cercanía entre presbíteros y cercanía con pueblo de Dios.
“Un presbítero que no esté cercano a su obispo es rengo, le falta algo”, dijo el Papa en la reunión del 7 de noviembre, añadiendo que la cercanía de los sacerdotes entre sí “empieza ya desde el seminario”.
El Papa Francisco señaló la próxima procesión del “Reservado” — una procesión eucarística que conmemora la primera vez que la Eucaristía fue alojada en el sagrario de la capilla del seminario — y explicó cómo las etapas de la procesión tradicional “pueden servir para recordar los elementos fundamentales del sacerdocio al que ustedes se están preparando”.
La celebración comienza con una Misa, dijo, recordando a los seminaristas que es en la celebración eucarística donde “Jesús que viene a nuestras vidas para darnos la prueba del amor más grande”.
En la Misa, Jesús “nos convoca, como Iglesia, para hacerse presente en el sacerdocio y en el pueblo, en el sacramento y en la Palabra”, dijo. “Ojalá que tenerlo en la tierra absorba las vidas de ustedes y los corazones”.
A continuación, el Papa se refirió a la exposición del Santísimo Sacramento, que tiene lugar en la capilla del seminario durante todo el día previo a la procesión del “Reservado”. Explicó que este tiempo ofrece a los seminaristas la oportunidad de estar a solas con Jesús, “para oír su voz en el silencio, en la escucha de la Palabra, en el testimonio de fe de quienes rezan a nuestro lado”.
“Sólo el encuentro persona a persona, un encuentro enamorado, con Jesús puede iluminar, sustentar y sostener el transcurso de nuestra jornada terrena”, dijo. “Ojalá que ese encuentro sea realmente revulsivo eficaz que transforme nuestra existencia”.
Por último, Jesús en la Eucaristía es llevado en procesión, “porque lo recibimos para llevarlo”, dijo el Papa Francisco.
“Nuestro ministerio es un acompañar a Cristo hacia su pueblo, y al pueblo hacia Cristo”, dijo. “Ojalá que, sin apartar los ojos de quien nos guía, aprendamos a caminar juntos, en la esperanza del encuentro que ya aquí gustamos de modo sacramental”.
Antes, el Papa Francisco recibió a otro grupo procedente de España: Las monjas agustinas del Monasterio de San Ildefonso de Talavera de la Reina y un grupo de sacerdotes y laicos que peregrinan con ellas a Roma.
El Papa pidió a los sacerdotes y a las religiosas que recuerden “siempre tener en el corazón las necesidades de los demás”.
“Cuando alguno va a quejarse de que tiene mucho trabajo, piense en los que no lo tienen”, dijo. “Hay gente que no puede pagar el alquiler y que la van a desalojar, y cuando entra en el convento, en la casa parroquial, piense que ‘la tengo gratis’. Cuando uno en su casa parroquial, en su convento, los días de nieve o de lluvia está abrigadito, piense que hay gente que duerme al aire libre, bajo cualquier cosa”.
El Papa Francisco también les pidió que “no pierdan la alegría, no pierdan el sentido del humor”.
“Cuando un cristiano, más aún una religiosa, un religioso, pierde el sentido del humor, se ‘avinagra’, y es tan triste ver a un cura, un religioso, una monja ‘avinagrado’”, les dijo, animándoles a pedir a Dios sentido del humor como hizo Santo Tomás Moro.
“Un santo triste es un triste santo”, dijo el Papa.